sábado, 3 de diciembre de 2011

¿Es un príncipe o un sapo disfrazado?

Cap.1
Absorta en su imaginación de príncipe azul, castillos, brujas malvadas, princesas prisioneras de algún 
hechizo y finales como ''fueron felices y comieron perdices'', Amy es devuelta a la realidad con el tono de su móvil, que siempre la asusta al escucharlo por lo perdida que está en otro mundo y también por lo miedica que llega a ser. Siempre ha dicho que cualquier día de estos podría morir de paro cardíaco por cualquier cosa.
  -¿Diga?-Dijo después de haber tardado un poco en pulsar aquel botón de color verde, pero que aún así, se había olvidado de mirar sobre quién se trataba.
  -¡Hola holaa!- Contestó una voz alegre, energética, la de una chica del que le sonaba a Amy pero que no se acordaba por su poca memoria.-Eres mi Amy, ¿verdad?
  -E..esto, sí, soy Amy..pero ¿quién..eres tú?- cambió de posición en la que se encontraba en la cama para estar más cómoda y hablar mejor, se sentó abrazándose de su almohada de color rosa palo muy blandita mientras dejaba que su cabecita se llenase de dudas.
  -¡Cada vez estás peor! ¿Ya nisiquiera te acuerdas de la voz de tu mejor amiga?
  -¡Ah!-ríe-Lo siento Nikky~ estaba..ya sabes.. en otro mundo.. -Se rasca la nuca sonrojándose de reír-
  -No pasa nada idiota. En menos de 15 minutos estaré presente en tu casa, ¿ya estás preparada?
  -¿Eh?-Su cabeza se quedó en blanco sin saber qué contestar, ¡se le había olvidado por completo que había quedado con su mejor amiga!-E..esto, claro..te estoy..esperando...
  -Amy..se te ha olvidado..y juro que no me he equivocado..-la voz de Nikky suena como cuando la chica se enfada, la piel de Amy se eriza al pensar en la cara que debe de tener su amiga ahora mismo.
  -Pues..s..sí...pero ¡lo siento mucho!-Esconde su cara en el cojín- Pero ahora me doy prisa y te estaré esperando, ¡te lo prometo!
   -¡Más te vale hacerlo Amy!- La chica cuelga algo furiosa disminuyendo sus pasos para que a su amiga le dé tiempo de vestirse, soltando un suspiro.


''Ding dong'', el timbre sonó justo cuando Amy, la chica de pelo y ojos de color azabache, se había puesto frente al espejo para ponerle a sus bonitos labios gloss. Terminó rápido, sonrío ante el reflejo de sí misma, cogió el bolso y se fue corriendo hacia la puerta.
Tras esa puerta de madera estaba Nikky que justamente iba igual vestida que su amiga. Ambas se rieron al verse, dándose un enorme abrazo y besos en la mejilla después.

De la boca de las dos salieron la misma pregunta y al mismo tiempo:
-¿Vamos al Viejo Roble?
Tras unos escasos segundos de silencio en el que se miraron fijamente, empezaron a reírse de nuevo, asintiendo ambas las cabecitas.

Amy es blanquita de tez, de estatura media, no es muy flaca, pero tampoco es grodiflona, se la puede clasificar como flaca, pero como le pasa a todas, se ve rellenita.
Sus ojos y su pelo es de un color azabache brillante. Por las noches, se pueden confundir sus grandes y brillantes ojos como dos estrellas.
Siempre se sonroja por cualquier estupidez. Se puede decir que Amy se parece a una muñequita de porcelana cuando se está quieta, y eso es lo que pasa siempre, es demasiada tranquila, siempre se asume en sus pensamientos.
Nikky en cambio, es pelín más morena, pero también es blanquita, es más alta que Amy y también un poco más rellenita que ésta.
Tiene el pelo castaño y los ojos verdes oscuros, de esos que si no te fijas bien, crees que son negros.
Es lo contrario a la tranquila Amy, nunca se está quieta ni se calla, parece un torbellino de energía.
La chicas se conocieron cuando apenas tenían 7 añitos y desde entonces, nunca se han separado por nada, juntas pasaron momentos geniales, pero también compartieron sus tristezas y problemas.

El Viejo Roble es el sitio favorito de ambas para pasar el verano, bajo el gran roble del que da nombre al lugar, hay banquitos, césped y mucha sombra, ese lugar suele ser tranquilo, como a Amy le gusta. Nunca se sabe el por qué de que una terremoto como Nikky quiere ir a ese lugar para quedarse toda una tarde entera de verano.

Cuando estaban cerca, vieron a un grupito de personas, de las cuales, Nikky pudo reconocer enseguida a su novio y sus amigos, quienes la tímida Amy casi desconoce.
  -¡Allí va! ¡Pero si es Leo y esos!-Grita Nikky acelerando el paso cogiéndole del brazo a la pobre Amy que se sonrojó de nuevo al ver a personas desconocidas. -Te voy a presentar a alguien- Dijo Nikky sonriendo de forma pícara antes de llegar.

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