sábado, 8 de octubre de 2011

La calma antes de una tempestad que nunca llegará.

Sentada ante el espejo, observando al rostro que habías amado una vez. Mis pensamientos se desvanecen y sólo consigo verte abrazada a ella, caminando por esos lugares que nos habían pertenecido.
Recomponer un corazón roto en mil pedazos es una tarea difícil, pero romper un corazón casi recompuesto es demasiado fácil, ¿no crees?
Dolor, dolor, dolor, el gran vacío que hay en mi... ¿Cómo podré volver a llenar eso? Había tardado la última vez años y años... Gracias por herirme de nuevo, gracias por ser cruel y romper todos mis estúpido sueños. Pero claro, un sueño es un sueño ¿verdad? Si se cumpliese, ya no será un imposible al que tendemos alcanzar.
Una suave brisa me devolvió ante el espejo: Pelo rebujado por las manos invisibles del viento, ojos acuosos y rojos, lágrimas que desean salir de su sitio; contente, no llores, no llores por esto.. no te lo mereces.. Aunque me diga esto y me aguante... el dolor es inevitable.
Tranquilo, no te descubriré, no te diré nada, lo dejaré pasar como si fuese un episodio de más de nuestra película, contigo de guionista y director. Pero también estate muy tranquilo porque no te molestaré más, quieres y tienes ganas de ser libre, ¿no? Pues lo eres totalmente a partir de ahora. Se acabó los mensajes, se acabó la añoranza que me devoraba, se acabó las cosas que tengan que ver contigo...
Leve sonrisa llena de dolor, tristeza y cansancio que esboza mi rostro reflejado en el espejo. Las lágrimas se contuvieron y no salieron de mis ojos, pero se fueron para dentro. Más dolor todavía, vuelvo a recordar que en el lado izquiero de mi pecho hay una cosa al que se le llama corazón, sí, las gotas saladas llegaron hasta allí, ya no sé que hubiese sido mejor.
¿Idiota? Eso es lo que me dicen que soy y lo admito, lo soy. ¿Pero qué puedo hacer aparte de dejar que esto pase sin manifestar nada? Te quiero demasiado como para dejar de quererte, este es el precio que he de pagar por haberme enamorado de alguien como tú.

Una última frase: No hieras al corazón que te ame.

No hay comentarios:

Publicar un comentario